Tameryraptor markgrafi: El dinosaurio depredador que volvió del pasado gracias a una fotografía


Durante décadas se creyó que el espécimen original había desaparecido para siempre. Guardado en el Museo de Historia Natural de Berlín, el fósil de un dinosaurio carnívoro africano fue destruido junto con cientos de piezas durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, casi un siglo después, lo imposible ocurrió: paleontólogos alemanes redescubrieron su existencia gracias a una vieja fotografía en blanco y negro tomada antes del desastre.
Lo que parecía solo un registro histórico sin valor científico se transformó en una puerta al pasado profundo. Tras analizar la imagen con herramientas modernas de escaneo digital y técnicas de comparación morfológica, el equipo logró identificar una nueva especie de dinosaurio terópodo: el Tameryraptor markgrafi. Vivió hace aproximadamente 95 millones de años, durante el Cretácico medio, en lo que hoy corresponde a una región del norte de África. Los investigadores creen que se trataba de un dinosaurio bípedo, con garras afiladas, dientes curvados hacia atrás y un cuerpo adaptado para la caza. Sus características indican que estaba emparentado con los dromeosáuridos, aunque representa una línea evolutiva completamente nueva dentro del grupo de los terópodos.
A pesar de tener únicamente una fotografía como referencia, los investigadores pudieron estimar parte de su estructura craneal, dentición y algunas proporciones corporales. Gracias a esto, lograron diferenciarlo de otros depredadores conocidos del mismo periodo, como el Carcharodontosaurus o el Deltadromeus.
Este descubrimiento no solo es importante por la nueva especie descrita, sino también por la metodología revolucionaria que se usó. Es un ejemplo claro de cómo la ciencia puede seguir avanzando incluso cuando el material original se ha perdido. Los científicos trabajaron durante meses analizando imágenes históricas, notas manuscritas, dibujos de campo y comparaciones con especies actuales para construir una descripción lo más precisa posible.
Este tipo de paleontología digital y forense está ganando cada vez más relevancia, especialmente en países donde muchos fósiles históricos fueron destruidos, extraviados o quedaron inaccesibles por causas externas. El nombre de esta nueva especie, Tameryraptor markgrafi, tiene un significado especial. “Tamery” es una palabra del antiguo Egipto que hace referencia a “la tierra amada”, mientras que el epíteto “markgrafi” honra al paleontólogo alemán Friedrich Markgraf, quien documentó el fósil original en 1930. Es un tributo tanto a la región de origen como a la historia de la ciencia misma.
Este caso demuestra que el conocimiento no siempre se destruye con el tiempo. A veces, solo queda enterrado… esperando a ser redescubierto.